Los renglones torcidos de Dios by Torcuato Luca de Tena

Los renglones torcidos de Dios by Torcuato Luca de Tena

autor:Torcuato Luca de Tena [Luca de Tena, Torcuato]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Novela, Drama, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 1979-06-15T04:00:00+00:00


Asesino. Tú le mataste. No yo.

En la otra estaba escrito:

Me he vengado de ti. No de él.

En la última se leía:

Ríete ahora de mí, como te reíste otras veces.

Observé estos escritos con atención y curiosidad profesionales. Todas las misivas estaban rotuladas con bolígrafos de distintos colores: rojo, sepia y verde. Las letras eran grandes y desiguales: la caligrafía de las capitulares parecía un arabesco u orlas estrafalarias; las líneas estaban torcidas y algunos vocablos tachados. Sobre uno de estos manchones había algo que, tal vez, pudiese ser una huella dactilar.

—Desde hace algo menos de un mes —comentó García del Olmo— recibo una por semana.

—¿Se las has enseñado a la policía?

—No.

—¿Por qué?

—Porque parecería que es una argucia mía, a la desesperada, para que dejen de sospechar de mí. Sólo cuando consiga averiguar quién es el autor de estas cartas que se delatan a sí mismas se las entregaré a la policía. Pero ni un minuto antes. ¿Te imaginas lo que significa para un hombre de mi posición profesional verme en entredicho, y que los periódicos ávidos de escándalos publicaran alguna de estas cartas en que se me llama asesino?

Yo medité un instante.

—No sé si haces bien en ocultar a la policía la existencia de esas cartas…

—Alice: atiende bien esto. La noche en que mi padre fue brutalmente asesinado no había, como te he dicho, línea aérea directa París-Madrid-París. Pero ¿cómo puedo yo saber si no la había París-Copenhague-Roma-Madrid y regreso, u otra combinación extraña, pero posible, con Turquía, o El Cairo, que permitiera ir y regresar de París a Madrid en una sola noche? Además…

—Además… ¿qué?

Raimundo García del Olmo titubeó:

—Un congresista italiano perdió su pasaporte y lo encontró días más tarde. Alguien pudo haberlo cogido, viajar con él una noche y regresar…

—Escucha, Raimundo. Todo lo que dices, si eres de verdad inocente, como estoy segura, carece de sentido. ¿Viajó alguien con ese pasaporte perdido a Madrid? Éste es un dato muy fácil de saber. Yo puedo averiguártelo en un abrir y cerrar de ojos. ¡Es demasiado sencillo!

—Eso es lo que quiero. Que me lo averigües y que te encargues de todo mi caso. Sobre todo de esto: ¿quién o quiénes, desde dónde y por qué, me escribe o me escriben estas cartas?

—Por de pronto, déjamelas —le dije—. Quiero hacer un examen grafológico y dactilar de todas ellas. Y si recibes más, no las manosees, como te he visto hacer antes. Las tomas con pinzas y las envuelves suavemente, sin frotarlas, en papel de seda. Y me las das. Quizá esta investigación sea más fácil de lo que piensas. Ve haciendo memoria de tu infancia y primera juventud. Quien te escribe es alguien que, alguna vez, justa o injustamente, se sintió gravemente agraviado por ti. Tal vez haga de esto muchos años. Desde entonces este hombre o esta mujer ha sufrido al verte encumbrar y triunfar, mientras que él, que en un momento dado estuvo a tu mismo nivel social, económico o profesional, se ha ido degradando y tal vez viva ahora una existencia miserable.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.